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Contra la seducción del mal


Salmo 141 del 1 al 4


OREMOS

Te invoco, Yahvé, ven presto, escucha mi voz cuando te llamo. Que mi oración sea como incienso para ti, mis manos ofrenda de la tarde. Pon en mi boca un centinela, un vigía a la puerta de mis labios. No inclines mi corazón a cosas malas, a perpetrar acciones criminales en compañía de hombres malhechores: ¡no dejes que comparta sus gustos!

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